viernes, 22 de febrero de 2008

de la serie "escritos sin pensar"

Si, vemos algo que nos gusta y nos obsesionamos. Pero me refiero a algo que queremos, no simplemente al hecho de quererlo, de desearlo, de hacer lo que sea por obtenerlo. Nos volvemos adictos al deseo de obtener aquella cosa que anhelamos, porque realmente nos volvemos dependientes a saber que ocurre con aquella cosa. Si va, si viene, si cambia de color, quien lo tiene, quien anda con eso, quien anda con quien lo tiene, quien anda con quien anda con quien lo tiene, incluso nos vemos obsesionados por saber si esta bien tratado. Ilusionamos tenerlo, incluso soñamos tenerlo, allí es cuando nos gusta más dormir que salir a verlo realmente. El ilusionar se vuelve parte de la droga del deseo. El querer se te imprime en la sangre. En tu ADN. Todo gira entorno al deseo, al querer, al obtener, al anhelar, finalmente te acostumbras a quererlo, pero ya no lo querés obtener, porque si lo obtenés, dejas desearlo, porque ya lo tenés, y lo empezarías a desear de otra manera, y crees que todo volvería a empezar, un nuevo sufrimiento ligado a un nuevo deseo, una nueva historia que pasar, con sus costumbres nuevas y con sus dolores y con sus placeres, y con todo lo que implica estar vivo, cosa muy peligrosa desde ya hace muchísimo tiempo, cuando se nos metió la idea de que el expresar absolutamente todos los sentimientos es sinónimo de vergüenza, de que todos te mirarían, no esta bien ser uno mismo, mejor es ser parte de una sociedad de esmóquines todos completamente cerrados y sin deseo de salir a expresarse, y por eso nos cuesta tanto entender que cuando uno obtiene lo que desea no debemos tener miedo, sino que hay que entregarnos al destino, y no a la muerte, x q vivir es más que estar dentro de un cuerpo y sentir miedo, esa solo es la mitad, nos queda vivir aquello que nadie ha alcanzado todavía, que es vivir completamente, con miedos y con valentías y con tristezas que nos lleven a las alegrías y con conocimiento que nos confunda y nos den ganas de tirar todo a la mierda por el solo hecho de volver a empezar, sin dejar atrás todo lo que hicimos hasta el momento…
Y cuando hablo de ese deseo no me refiero el deseo de un hombre por un objeto, sí, no hace falta que me exprese, el sentimiento de deseo que quiero que entiendas supongo que ya lo entendiste hace bastante tiempo, y no es posible que yo lo exprese con mis palabras, ya que en tu mente se refleja aquello que mas deseas, no voy a pedir que lo intentes ahora mismo, porque realmente ya lo hiciste solo, porque sos independiente, y estas vivo por lo que t dejas llevar por el texto: una simple composición de sentidos, de significados, expresados a través de párrafos que no serían nada a no ser por las palabras, que a su vez existen gracias a la letra, que a su vez no tendrían sentido a no ser por el tipo de cifrado que se desarrollo hace años y que ahora tu mente sigue usando, mente la cual tiene o tubo hace unos momentos la imagen de lo que más desea, imagen generada por el conjunto de una gran cantidad de simples símbolos que un alguien se dignó a escribir, sin saber que iba a ser bueno o no, pero con la esperanza de que este texto llegue a aquello que el escritor desea en este momento, que es que el texto llegue a su fin inminente: confundir al lector.

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